Sector Inmobiliario en República Dominicana
El mercado inmobiliario de la República Dominicana entra en una etapa de reacomodo estratégico. Mientras proyectos turísticos continúan expandiéndose en polos como Punta Cana, Cap Cana, Miches y Las Terrenas, el segmento residencial urbano enfrenta presiones por costos crecientes, tasas de interés elevadas y mayores exigencias regulatorias. Este nuevo entorno obliga a promotores, fiduciarias y corredores a operar con mayor precisión financiera, trazabilidad documental y una gestión más profesionalizada de preventas, obra y postventa. En los últimos meses, diversos informes sectoriales, así como la propia ACOPROVI, han advertido sobre retos estructurales que impactan la entrega de proyectos y la velocidad de absorción del mercado. A esto se suma un escrutinio más estricto por parte de la DGII, especialmente en los procesos de facturación electrónica, retenciones y manejo de ingresos bajo planes de pago. La consecuencia es clara: las empresas inmobiliarias que continúen apoyándose en hojas de cálculo, sistemas desconectados o controles manuales estarán en desventaja frente a competidores que ya operan con plataformas integradas y metodologías de control más avanzadas.